El viernes 20 de abril, a las nueve de la mañana,
salió de la estación de autobuses la
expedición bastetana, compuesta por 43 personas del Aula
Permanente, que tras la parada
reglamentaria en Fátima, para degustar las tradicionales tortas de chicharrones y una copita de anís,
llegó a las 10.30 horas a
Castril, en un animado día de mercado semanal, donde ya esperaba el guía contratado por la
asociación de alumnos para iniciar la visita guiada a la localidad.
El itinerario histórico-artístico
se centró en el Museo, de la Oficina de Información y Turismo; en el Castillo y en la Iglesia Parroquial
En el Museo, los visitantes
pudieron conocer los diferentes hitos de la historia castrileña, desde su
pasado como pequeño campamento militar
de la época romana, hasta el preponderante papel que desempeño el Castillo en la defensa oriental del Reino Nazarí, sin olvidar las
transformaciones agrícolas de los siglo XVII y XVI, centradas fundamentalmente
en el cereal, el incendio sufrido en la Guerra de la Independencia, la
industria del vidrio, o el papel de los toros en sus fiestas locales…
La subida al Castillo, muy
acondicionada, fue un reto para algunos expedicionarios que no quisieron perderse las explicaciones históricas y las
impresionantes vistas.
El itinerario finalizó con la
visita a Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, donde el párroco, amablemente, explicó la visita y facilitó el acceso a la iglesia. Es una
construcción del siglo XVI, de planta basilical, levantada sobre muros de piedra
y sillería con pilares en forma de cruz que sostienen hoy una cubierta abovedada,
en sustitución de la original de madera
destruida en un incendio. Son interesantes los escudos del Cardenal Talavera,
situado en la portada izquierda. Pero, sobre todo, lo más significativo son las
dos portadas laterales y el retablo mayor, del original se conserva la parte central del segundo
cuerpo. En la Puerta del Sol se quiere ver la mano de Alonso de Covarrubias que se ajusta al estilo
plateresco. La Puerta de la Lonja se corresponde con el estilo del Renacimiento
más austero, el herreriano.
Después de la interesante visita
a Castril la expedición partió al
Pantano de la Bolera para reponer fuerzas con un suculento almuerzo y una
agradable compañía. La anécdota de la jornada la marcó la avería del autocar
que pudo llegar a Baza tras realizar
“breves paradas de recuperación”. Todos los asistentes felicitaron a los
organizadores, la junta directiva de la asociación, por este hermoso día
cultural y de convivencia.